Estos cuentos tienen como escenario la ciudad, sus barrios, avenidas y edificios, donde conviven individuos y grupos que experimentan situaciones extremas, cuyas conductas –aunque ocurran a la vuelta de la esquina- no siempre son expuestas a la mirada pública.
Por lo tanto, en cada uno de los relatos se retrata la vida subrepticia, cual vorágine que en muchos casos se desenvuelve en el terreno de lo prohibido y que desencadena situaciones impredecibles.
Así, sentimientos y conductas configuran un mundo que supera la cordura, conviviendo aspectos como el afecto, la locura y la muerte, de raigambre dramática, así como otros que derivan a situaciones humorísticas.